Es imposible no sentir algo extraño al caminar en el Supermercado y encontrarse con pasillos vacíos de productos que echamos de menos cualquier día de la semana. Primero fue el desinfectante de manos y el papel de baño, y después la comida enlatada, proteína congelada y hasta algunas frutas y verduras.
Antes de que tuviéramos tiempo para procesarlo, las autoridades locales y estatales nos pusieron prácticamente a todos en cuarentena para evitar la propagación del coronavirus COVID-19, que la Organización Mundial de la Salud catalogó como una pandemia global el 11 de marzo de 2020.
Esta es la primera vez en la historia moderna que nos toca vivir algo así.
China nos dio un pequeño adelanto de sus calles vacías, restaurantes cerrados y gente forzada a esperar en sus departamentos de 20 pisos, cantando canciones por las ventanas, no sé si por aburrimiento o para darse esperanza mútua. Pero creo que muy pocos de nosotros se imaginó lo rápido que llegaría aquí.
Primero se cancelaron las ligas deportivas de futbol y todo tipo de competencias y actividades deportivas, después cerraron los cines, las discotecas, seguido por las escuelas, y luego toques de queda para las personas más vulnerables. Al momento de escribir esto, los supermercados y las gasolineras parecían ser los únicos negocios que permanecerán abiertos por el momento.
Es difícil procesar lo que significa vivir durante una pandemia, pero lo que sí puedo decir es que es un estrés diferente a cualquier otro. Han sido ya demasiadas noches de darse vuelta en la cama, pensando en todas las formas en que esto podía terminar.
Ahora que está aquí, pienso en las personas que ganan por hora en los restaurantes y hoteles, los músicos que dependen de sus presentaciones para comer, y los empresarios que dedican cada momento del día a mantener y crecer sus negocios. Ahora su bienestar está en riesgo.
Pienso en las escuelas cerradas y las niñas y niños que dependen de los desayunos y almuerzos escolares para su buena alimentación. Pienso en sus padres que probablemente perderán ingresos, y me pregunto cómo le van a hacer para proveer para sus familias.
No sabemos cómo va a terminar todo esto, pero en una pandemia, todos somos familia, amigos o vecinos.
Que la pandemia del coronavirus sea un ejemplo de colaboración global para vencer a otros desafíos de la humanidad: la desigualdad, los cambios climáticos, la intolerancia, y el racismo y sus políticas de exclusión.
Que la pandemia nos haga priorizar el acceso a los servicios de salud. Que la pandemia sea el momento en que pongamos nuestras diferencias a un lado por el bien de los demás, y que sigamos las recomendaciones del distanciamiento social por el bien de las comunidades vulnerables.
Este virus va a terminar tarde o temprano. Mientras tanto, espero que el virus nos haga entender mejor que todos somos seres humanos, y que cuando unimos nuestras fuerzas, podemos lograrlo todo.
:D
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